El último esfuerzo de Carlos Sainz con Ferrari: «Por la noche le tienen que echar de la fábrica»

Carlos Sainz no va a parar hasta dar con la tecla con el principal problema con el que Ferrari se ha encontrado este Mundial. Ya lo aseguró al terminar la última prueba en el Gran Premio de Singapur y es que el piloto español, que con los años se ha convertido en un experto en el trabajo de desarrollo en los monoplazas de Fórmula 1, tratará de solucionar como sea la abismal diferencia en el rendimiento de su coche entre la velocidad a una vuelta y el ritmo de carrera.

«A las 22:00 horas de la noche le tienen que echar de la fábrica», aseguran quienes mejor le conocen. Y es que Sainz, además de por su increíble nivel sobre la pista, también es una pieza muy cotizada en cuanto a conocimientos de este deporte. No sólo es un piloto que hace equipo y que ofrece puntos, podios y victorias, sino que también ayuda en la labor de ingeniería al implicarse al máximo en identificar los puntos débiles del coche de cada temporada.

Lo está haciendo incluso cuando tan sólo restan seis carreras para él como piloto de Ferrari. «Lo más positivo que saco es el ritmo de carrera, mientras que la clasificación ha sido nuestro punto débil, que es algo que para las últimas seis carreras me gustaría analizar con calma y ver cómo podemos mejorar», afirmó Sainz después de la carrera en el circuito de Marina Bay. «Hay que esperar a pistas como Austin para ver qué tal va el coche», auguró.

«Está claro que el coche de este año y yo de vez en cuando en la clasificación nos cuesta encontrar el punto exacto donde poner el neumático para hacer una buena vuelta. El año pasado era el punto fuerte del coche, este año es la carrera y en clasificación cuesta más. Hay que acabar de descubrirlo y saber por qué y ver cómo podemos mejorarlo de aquí a final de año» insistió en este aspecto.

Sainz continúa velando por Ferrari

El madrileño se ha propuesto analizar y subsanar ese gran problema que viene arrastrando Ferrari todo 2024 y que en buena parte le ha privado de sumar más puntos los domingos al salir más retrasados tanto él como Charles Leclerc en la parrilla. Su mejor resultado llegó en la tercera carrera del campeonato, cuando se alzó con la victoria en el GP de Australia, pero su intención ahora es que su labor en la sombra le pueda acercar a algún triunfo más con el que despedirse a lo grande de la escudería de Maranello antes de embarcar hacia Williams el año que viene.

Eso le daría a él como piloto todavía más prestigio y además a su equipo le haría un gran favor en la pelea por el título de constructores, del cual él mismo dijo que están en la pelea y que por eso no arriesgó como le hubiera gustado en la salida de Singapur: «En la curva 1 tenía que tener cuidado con Charles delante y luego llegó un Williams por el interior frenando tardísimo que casi se nos lleva dos puestos».

«No ha pasado absolutamente nada, pero sí que cuando te estás jugando el campeonato de constructores con el equipo ahí tienes que tener cuidado con coches que tiene menos que perder, que les va la vida en la salida y tú cuando te juegas tantos puntos para el equipo tienes que tener más cuidado», explicó, en otra muestra de que sigue velando por su equipo, la cual hay que valorar todavía más en este punto de su trayectoria, cuando está a punto de adoptar un rumbo distinto porque le han obligado a ello.